domingo, 24 de octubre de 2010

SAPO

SAPO

SAPO.FOTO DEL AUTOR
Hay una forma de terapéutica transferencial en los Vélez, donde el mal se transfiere a un animal. Un animal feo, siempre algo maldito: el sapo.
Para curar las verrugas se coge un sapo y sin maltratarlo se pone al sol sobre una piedra lisa. Y para que no pueda escaparse se le pone otra piedra encima y se rodea con piedras para que no pueda ser atacado por otros animales. Se dice un ensalmo parecido a:
Sapo, sapillo
conforme te vas purificando
ve quitándole las verrugas a (nombre del enfermo)
Se rezan entonces tres padrenuestros. El sanador se santigua y se marcha sin mirar hacia atrás. El sapo se va consumiendo de hambre y sol. Conforme se seca el sapo se secan las verrugas. (Taberno)
Muchas veces es conveniente que el enfermo no sepa que le están rezando ya que el estar pendiente de las verrugas, dificulta su curación.
Para la cura del herpes zoster: cójase un sapo y se pasa vivo nueve veces sobre la afección. (Una vez para arriba y otra para abajo). Luego se cuelga en un árbol secándolo hasta que se muera...1
Se repite lo mismo con otros dos sapos (son tres) y cuenta el informante que el primer sapo salió de la operación hinchado y ardiendo como la lumbre. El segundo sapo algo menos hinchado y caliente y el tercero menos. (Albox) (2002).Al primero se le había transferido la mayor “fuerza” el mal. Cuando se secan los tres sapos se seca el herpes.

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