HORCHATA
Se llama así a diversas composiciones
empleadas en Terapéutica Popular, para curar determinadas enfermedades. Su
composición es variada.
Sobre este procedimiento, el poeta Sotomayor
nos ofrece un importante testimonio en su libro “Romancero del Almanzora”.
Habiendo caído enferma una muchacha, la
vecina del cortijo recomienda a la madre de aquella:
“Yo en tu caso sin dudar
antes que el mal
arreciara,
llamaría a la Paloma (Una
curandera)
pa que te hiciera tu horchata
que quien la toma se dice
que esta es melecina[1]santa
Con que prepara unos ajos
pepitas de cherigaita
unos pimientos picantes
y una almostrá[2]
de mostaza
y avísale a la Paloma
que te haga un cubo de horchata.
En este
mismo poema y tras describirnos la composición de una “horchata”, Sotomayor nos
ofrece una clara prueba de la preferencia que en los medios rurales de las
primeras décadas del siglo XX y bien avanzado éste, había en acudir a los
remedios caseros y más aún a los
ambientes curanderiles en detrimento de la medicina oficial, debido a la poca
confianza que se tenía en el médico, que no se detiene ni considera al enfermo
como una persona aislada que solicita toda su atención y recursos para paliar o
curar la enfermedad que en ese momento trastoca por completo las expectativas
vitales del paciente preocupado o angustiado:
“No vayas por tu torpeza
a caer en la ignorancia
de que te traigan al
médico,
porque entonces, es
buena gana
de que te saquen los cuartos[3]
Te la zampará en la cama
y con mirarle la lengua
y asomarse a la garganta
y restregarle las tripas
y tentarle las espaldas
te dará medicamentos
y entre unas cosas y
otras
te sacará las pestañas
y pasará con la Anica,
lo que con tó el mundo
pasa
que el que se muere se
muere,
y el que se salva se salva
Con que avisa a la Paloma
que te prepare su horchata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario