NOCHES DE SAN JUAN
Esta fecha crucial, solsticio de verano, va unida a la enorme relación
que existe entre las formas de medicina popular con las creencias
sobrenaturales hace que en todo el occidente cristiano hayan persistido
supersticiones paganas, ya que la noche en que se celebra esta
festividad es la más corta del año. La fuerza unificadora del
catolicismo absorbe la superstición pagana y traslada a una fecha
trascendente (solsticio) una festividad importante el “nacimiento” de
San Juan, primo hermano de Jesucristo y predecesor suyo en sus tareas
proféticas. Las primeras horas de la noche de San Juan, dice Brenan
(Brenan, 1979 p.126) serían un periodo estacionario en el que todas las
cosas de la tierra suspenden su aliento y de lo alto descienden las
bendiciones, la salida del sol era el triunfo”. “Entre la noche y el
amanecer los poderes maléficos que afligen la tierra, pierden su
poderío...”. Es una noche con clima propicio para la práctica y arraigo
de las ceremonias y el desarrollo de las leyendas y tradiciones que
ancestralmente existen sobre esta noche mágica.
Se producen hechos maravillosos en las cuevas de connotación mágica. Así
en Fines y en Macael junto a la Fuente Vieja y el Coboche(otro
nacimiento de agua ) está la “Cueva de la Encantá”que es llamada así por
la leyenda de que en la noche mágica o también algunas noches de luna
llena, aparece una mujer bellísima peinándose con un peine de oro su
larga y bella melena .Es el atavío de una diosa mitológica que tras la
dominación musulmana se convierte en una mora con atuendos de princesa o
de hurí(bellísima).Con la cristianización aparece la Virgen María en
otras cuevas o montes altos con diversas invocaciones que aparece a los
pastores o a muchachas vírgenes. Esta diosa madre aparece pisando a una
serpiente que es el mal o la enfermedad. (Revolotean a sus pies los
ángeles, los “xamos” de la mitología astur).En Macael ésta bella mujer
lava en la fuente a su niño y a ella misma, con lo que el agua de la
fuente adquiere una pureza sublime que le confiere propiedades curativas
y mágicas.
Es común la práctica de un determinado número y variedad de ceremonias
relacionadas con la Práctica Médica Popular. Estas prácticas y otras
explican el contexto total de la cultura almeriense que siempre se
considera inmersa en el occidente mediterráneo tanto en el espacio como
en el tiempo, y su exposición, aclara muchos aspectos de esta cultura.
Ciertos rasgos originales distinguen a la provincia de Almería de otros
lugares tanto en las prácticas médicas como en las prácticas mágicas y
leyendas especiales durante esta asombrosa noche.
Una costumbre extendida en casi toda la provincia es la de “echar el
barco”.A las doce de la noche, la muchacha que desee conocer su suerte
amorosa el resto del año, ha de tomar un huevo de gallina (que haya sido
puesto ese mismo día y por una gallina negra) y vaciarlo vertiendo su
contenido en un vaso con agua, que se pone al sereno. Si a la mañana
siguiente la figura que el huevo forma en el agua es parecida a la de un
barco, la muchacha se casará este mismo año. Toda agua que se pone al
sereno esa noche tiene “gracia” para el resto del año (Líjar, 1980). Son
formas de culto al agua de origen pagano.
“En la noche de San Juan, las muchachas casaderas deben guardar bajo la
almohada tres habas; una entera con su piel, otra a medio pelar y la
tercera completamente pelada. A la mañana siguiente cogería una al azar;
si ha elegido la de piel, su futuro marido será muy rico; si elige la
medio pelada, éste será medianamente rico; pero si toca la pelada, su
futuro será muy pobre”.
“Igual podía la muchacha saber el nombre de su futuro esposo, si por las
mismas fechas introducía varios papelitos con los nombres de sus
pretendientes previamente doblados, en un cazo con agua, guardando éste
bajo la cama. A la mañana siguiente encontraría un papel desliado,
correspondiendo con el nombre de su futuro marido. Este nunca falla, ya
que la fémina a la hora de liar los susodichos papeles, inevitablemente
trata con más delicadeza y deja peor liado el que corresponde a su
amado”(José Burrueco Reche, de los Álamos de Oria).
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