sábado, 27 de noviembre de 2010

TEJO

TEJO( Taxus baccata )


TEJO,FOTO DEL AUTOR
 Etnobotanica almeriense
"En todo Paterna del Río no hay más que cuatro tejos. Esta planta tiene un “sistema” malo. Otras veces donde había “pinchos” y “gatunas” se frotaban los pinchos y donde daba ese palo se secaban. Ya tendrá eso un sistema fuerte. Antes en los araos se ponían unas varas de tejo en las orejeras de los araos para que por donde pasaran rozando iban matando las “gatunas” y otras yerbas” (Paterna del Río).En Bayárcal dicen que solo conocen un tejo en toa la sierra y que debajo de él no crece ninguna hierba. Si por ejemplo a un castaño se le clava una astilla de tejo como un injerto, el árbol se seca. Válido para las tumoraciones abdominales de las caballerías”.“Se pone una astilla de tejo en una muela y a los tres días se cae a pedazos. No hace falta dentista”

miércoles, 10 de noviembre de 2010

EMBARAZO, PARTO, PUERPERIO Y LACTANCIA

EMBARAZO, PARTO, PUERPERIO Y LACTANCIA

Para lograr un embarazo deseado y no producido, la mujer estéril ha de acostarse en una colcha puesta a los pies de diversas imágenes de Vírgenes y santos, mientras una curandera va rezando a la vez que realiza a la mujer (que previamente se ha levantado las ropas) diversas cruces sobre el vientre y los muslos con ceniza de olivo quemado en cuaresma, mientras dice:

“Ceniza pura
ceniza santa,
haz de este vientre
nueva morada
Santa Ana
Manda a tu sierva
Criatura sana
San Joaquín
Que en este seno
Florezca un querubín”
Si una embarazada niega su embarazo, el niño nace “pelón” o “pelona” si es niña.
Los “ardores” (pirosis) de la embarazada presagian sin embargo una criatura con abundante cabellera.
Si una embarazada siente “antojos”1Deseos en especial de comida, algo extravagantes que sienten las embarazadas (a horas intespectivas) se dice que sienten “saltar a la criatura”hasta que se cumpla su deseo. Si no se cumple, se adelantará el parto y el niño saldrá, además, con “rosetas” (nevus o alteraciones del color de la piel) que tendrían una forma similar al deseo no complacido. Una mancha en forma de pera, cereza, fresa (la más común...) etc., sería un “antojo”.
El “fijarse” una embarazada en un niño hermoso, se le pegará el color del pelo de aquel...
Si una embarazada mira a una persona fea, el niño sale feo, si por el contrario mira a personas guapas saldrá bonito.
Para vaticinar el sexo, se pone una medalla atada de una cadena sobre el vientre de la embarazada y si la cadena da vueltas, es macho (Níjar, 1977)
La “Sorda” de Líjar tiene entre otras virtudes curanderiles el de vaticinar el sexo de los niños antes de nacer.
Para facilitar el parto hay que suministrar “canela en rama” a la parturienta.
El parto ha de producirse indefectiblemente cuando cambie la luna que su vez vaticina el sexo del recién nacido, en el refrán: “Cuarto creciente, otro diferente, cuarto menguante, otro semejante”.
Se cuentan anécdotas legendarias sobre monstruosidades, como la que refiere el siguiente testimonio:“Fulana de tal ( la informante me dio el nombre de una persona conocida y viva en 1980 y a quien ambos conocíamos personalmente) se quedó una vez embarazada y pasaron nueve meses, diez meses, y hasta doce meses, hasta que una noche echó una cosa como un sapo, pero “grande, grande”y “con toas las patas que podían caberle en el cuerpo”.Le dio el parto, y echó eso, pero ella no se dio ni cuenta, pues lo echó sin dolores. Solo cuando advirtió que no tenía vientre, llamó a su marido, que le encendió la luz y vio aquello en la cama. Aquella cosa “se dio la vuelta”, cayó al suelo y rápidamente se dirigió a la calle saliendo por la “gatera”2(Hueco en la pared o la puerta de los cortijos, abierto a propósito para que los gatos salgan y entren de la casa.) de donde desapareció saltando un muro y nunca fue visto.” Esta historia corresponde sin duda a la expulsión de una mola vesicular.

Durante el puerperio, así como durante la menstruación, se dice que el cuerpo de las mujeres “está abierto” y entonces es muy peligroso que en las proximidades donde haya señoras en ese estado, exista materia orgánica en fermentación, como estercoleros, orujo de oliva, maíz amontonado, etc, pues todo esto al hacer “cochura”, o sea, fermentar desprendiendo calor, es muy peligroso, pues se cuentan con detalle varios casos de mujeres que han sufrido graves infecciones y hasta la muerte por esta causa.
Cuando “las parias(Placenta.) se detienen” (se atrasa el alumbramiento) ha de ponerse una alcuza llena de aceite “boca abajo” sobre el vientre de la parturienta. Si el aceite se derrama, la mujer se desangrará; si no se derrama, al cabo de un rato se producirá el alumbramiento, felizmente. Una vez expulsada la placenta se debe enterrar bajo la copa de un árbol para que ni los animales ni los fenómenos naturales atenten contara ella, ya que esto tendría efectos nocivos sobre la salud del niño. Si esto no se hace el niño padecería posteriormente “alferecía” (ataques epilépticos) o al menos “aljorre”4. (Aljorre: Enfermedad dermatológica de los recién nacidos y lactantes, parecida a una dermatitis seborreica que afecta a cara y frente).(Níjar)En otros lugares se quema la placenta (Líjar)

Una vez terminado el parto, para que la parturienta no sufra dolor, hay que poner la tijera con la que se ha cortado el cordón umbilical, debajo de su almohada.
Durante el puerperio los referidos peligros duran cuarenta días: la cuarentena.Durante la cuarentena no es bueno, ni lavar, ni mojarse, ni “hacer uso del matrimonio”, ni salir a la calle, excepto para oír la misa a la que se llevaba por primera vez al recién nacido para bautizarlo (Níjar).Como alimentos”para las recién parías”son muy recomendables los caldos de gallinas viejas o el chocolate Durante la lactancia no es bueno que la mujer planche ninguna prenda, pues esto origina que se “tapen los caños” efecto que conlleva a una mastitis grave que dificulta la lactancia y que luego habría que curar con un “telillo”de caña o con malvas o bien dando de mamar a un perrillo pequeño.
Si durante la lactancia la madre tiene la menstruación con regularidad, la leche es más “fresca”.
Si la madre bebe mucha leche el niño padece de “verdines”.
El “caldo de pescao” hace mucha leche.
La miel sobre el pezón “llama a la leche”.
Para que la lactante o embarazada en los últimos días “haga leche” habría que picar un cristal en un mortero, cernerlo y darle a la madre una cucharadita disuelta A los tres días(tomas) se empieza a hacer leche. “Se ponían los pechos que reventaban” (Líjar, 1980).Por el contrario, para que se “retire la leche”, la madre se “ordeña” en un vasillo y ese vasillo de leche lo tira al sol tres veces al día, tres días seguidos (Tahal, 1978).También es bueno para lo mismo ordeñarse sobre una corriente de agua.

martes, 2 de noviembre de 2010

TORCER EL SINO

TORCER EL SINO

Se llama “torcer el sino” a los procedimientos que consisten en conjurar mediante “rezos” a una persona para la sustitución y extracción de un maleficio que se ha apoderado de su cuerpo por efecto de un hechizo que conduce a esa calamidad inevitable que es el “sino”. Estos procedimientos tratan de conseguir una transferencia del maleficio desde la persona afectada hacia un animal, objeto u a otra persona a la que se le quiera hacer daño. Esta sustitución o “contagio” resta trascendencia al mal que recae sobre la persona que ha recibido el maleficio.
El testimonio que exponemos a continuación es un fiel exponente del modo en que ésta tradición se encuentra arraigada en nuestra provincia y en el siglo XX. Este mismo testimonio dará una visión de la forma de concebir la superstición por parte del pueblo almeriense, así como de la forma de expresarse y conducirse ante ella. Es el poeta regionalista José María Álvarez de Sotomayor, observador y conocedor de estos temas, quien nos lo expone en el poema titulado “supersticiones” extraído de su libro “Alma campesina” (1929) .Este poema como otros varios de este autor significa todo un emporio de datos sobre la etnografía y antropología del Levante almeriense hacia los años treinta del siglo anterior. Por eso los transcribo completo al tiempo que lo comento en sus aspectos costumbristas y lingüísticos por su valor dialectal y etnográfico

El poeta Sotomayor
SUPERSTICIONES

Mujer, denda1 Octubre
desazones tengo
porque un perjuicio grande pa la casa
me va persiguiendo
Llevo tres viajes al Bó2, que la mula
cuanto más le pego
va por el camino más espantaiza3;
pone el rabo tieso

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Si es en el cortijo, cuando dan las ánimas
4prencipian5 los perros a pegar aullíos6
sin que pase nadie
que le descomponen a cualquiera el cuerpo7
Si son las gallinas también
cantaoras se han vuelto y en contao8
que corren las doce o las una9
ya están los mochuelos 10pegando silvíos
en la misma copa del abercoquero11


¡Que más tú mesma te estás deshaciendo
porque cuando guisas te pega llampíos
la lumbre en los guierros
que las estenazas12 en cruz se te quean
cuando caen al suelo


que en menos de un año
llevas tres morteros13
caios de la leja
que se te escarrama14 la sal del salero
que el candil chirrea cuando lo espabilas
y a veces se apaga sin soplar el viento15


¿Y pa que seguirte contando visiones
si dasta las pulgas nos huyen del cuerpo
de lo asustaiza que está nuestra sangre?


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¡Sabe Dios agora16 quien en el cortijo
de los dos seremos
el que va apuntao
Sabiendo yo fijo que Melchor el Ciego
de noche en lo oscuro
divisa los muertos
le preguntaría pa descuido mío
a quien nus tocaba. Pero pa lo cierto
vamos esta noche pa la Sacapunchas
que me diga el rezo de
torcer el sino
que a los animales
se les vaya el nieblo17
pos haciendo cuentas
mejor es que en ellos
foguen18 los visajes
que hablando venenos
que se desgracie
si es preciso un cerdo
u toque a la chota
u al burro, u al perro
a que tú te mueras
pongo por dejemplo.

Si se repara en el contenido de las estrofas precedentes, son toda una lección de antropología. Se podrá apreciar como un mal espíritu o “visaje”se ha apoderado de una familia y de su casa. Esto se manifiesta por determinados fenómenos y signos: los animales están inquietos o llevan una conducta anormal. Cuando los perros de los cortijos ladran desesperadamente sin que pase nadie, es que alguien se ha muerto o va a morir. Es un ladrido inconfundible que se distingue de cualquier otro. Se dice que los perros ven la muerte pasar hacia donde está el próximo que va a morir (Arboleas).Ocurren hechos insólitos...y ante tal situación es preciso hacer algo antes de que la maldición llegue a tener consecuencias nefastas para alguno de los miembros de la familia. Se refiere el marido a quien de los dos, le tocará morir por el maleficio que ha caído sobre la casa. Según la “creencia” popular no exenta de guasa están “apuntaos” en una lista imaginaria todos aquellos que van a morir pronto. La lista guarda un orden de prioridad. El hombre de la casa piensa en preguntar su destino al adivinador “Melchor el ciego”, que “en la noche divisa los muertos”. Algunas personas oyen las voces de los que se van a morir (Arboleas).Existen testimonios actuales sobre personas, no necesariamente curanderos profesionales que poseen cualidades de precognición. Dichas personas en un estado de duermevela afirman conocer el futuro, pero solo en lo que se refiere a las desgracias de personas concretas. Se trata siempre de personas algo anormales. Aquí es Melchor “El Ciego”, un invidente que a pesar de no ver, de noche “divisa los muertos”. El testimonio que yo poseo es el de una mujer sorda, con unas características de personalidad algo concretas .Son personas muy preocupadas, asustadizas, poco comunicativas, misteriosas, observadoras...que posiblemente por intuición o facultades paranormales tienen “revelaciones” en las que dicen por ejemplo que a un miembro de la comunidad, al que “sueñan” (generalmente ya está enfermo) le espera una muerte próxima. También aciertan cuantas personas van a morir durante un mes etc. (Líjar, 1977) .En este caso Melchor el Ciego es llamado solo para que sepa quien de los dos está apuntao o sea, le corresponde morir pronto. Pero el marido lo piensa mejor y acude a otra curandera más específica, la Sacapunchas para que les efectúe un ensalmo que ella solo sabe: “el rezo de torcer el sino”. Este apodo que Sotomayor confiere a esta curandera no está puesto a despropósito, pues las mujeres que curan son poseedoras de otras virtudes poco comunes, como sacar espinas (en el habla dialectal “punchas” o “pinchas”), componer huesos luxados o fracturados, asistir partos, “sacar el sol”, “rezar” la erisipela o como una curandera de Arboleas que tiene un bebedizo aprendido en Mojácar20 para “torcer la voluntad” de los hombres. etc. En este caso se busca a una experta en efectuar un ensalmo o “rezo de transferencia para que el mal pase a los animales (caballerías, cerdos, perros). Pero en última instancia, el marido opta por que, al menos, la trasferencia recaiga sobre su mujer, no sobre él. Es preferible que se muera el cerdo o la burra “a que tú te mueras pongo por dejemplo”.Este fino humor es muy característico de toda la obra del genial Sotomayor.

La Sacapunchas acude a la terapéutica transferencial: la expulsión del agente causal de la enfermedad hacia un animal o hacia otro ser humano, mediante ritos diversos como lo son la imposición de manos, aplicación de saliva o de leche y todas aquellas prácticas en que se apela al principio de “la curación de lo semejante por lo semejante". Y a la logoterapia mágica, en la que el ensalmo, encantamiento o épode poseían acción sanadora sobre el paciente.